El Consejo Nacional de la Empresa Privada, ha señalado que es esencial que el Estado tenga una dimensión adecuada. La nación requiere un Estado austero que facilite la actividad privada y desarrolle políticas públicas alineadas con las necesidades del futuro.
Recientemente se presentó a la Asamblea Nacional el presupuesto de la nación, el cual es el más cuantioso de la historia de nuestro país.
Cuando hablamos del presupuesto, debemos hacer énfasis en que el mismo debe ser integralmente transparente y tiene que corresponder a una estrategia de desarrollo que estimule sectores estratégicos.
El Consejo Nacional de la Empresa Privada, ha señalado que es esencial que el Estado tenga una dimensión adecuada. La nación requiere un Estado austero que facilite la actividad privada y desarrolle políticas públicas alineadas con las necesidades del futuro.
Las inversiones tienen que privilegiar la salud, la investigación, la innovación, la educación en general y, por supuesto, la justicia.
Debemos aceptar que este presupuesto contempla un aumento a lo que se le asigna a la educación y a la justicia, pero ello debe ir aparejado con una verificación de resultados.
La atención a la infraestructura pública es esencial para poner en perspectiva planes de largo aliento.
En algún momento debemos analizar el impacto de las leyes especiales que generan sobresueldos automáticos y la maraña burocrática que consume recursos que no le revierten a la sociedad.
La Constitución de la República de Panamá, señala que el presupuesto debe ser balanceado, lo cual implica que no debemos gastar más de lo que nos ingresa. Pagar la planilla estatal con préstamos no es sostenible, por lo cual se deberán hacer los ajustes necesarios para lograr rápidamente corregir esta distorsión que nació luego de la pandemia.
Como ya hemos señalado, es imprescindible que haya transparencia en todo lo que tenga que ver con el presupuesto y su ejecución. Los dineros del Estado no deben ser usados para alimentar redes clientelares que, de por sí, son nocivas para el desarrollo de la democracia.
Nuevamente planteamos que es esencial la veeduría ciudadana y más en el tema del presupuesto. La democracia no se agota con el ejercicio electoral sino con una permanente vigilancia que haga que las instituciones funcionen adecuadamente y que el ciudadano sea el centro de todo.