Juan Orlando Hernández, de aliado de EE.UU. a extraditado desde Honduras por narcotráfico

Juan Orlando Hernández, de aliado de EE.UU. a extraditado desde Honduras por narcotráfico
Esta imagen distribuida por la policía hondureña, muestra al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, mientras miembros de la policía lo sacan de su casa luego de recibir una solicitud de extradición de Estados Unidos, en Tegucigalpa. Foto, Policía de Honduras / AFP.

Se presentó como un verdugo de los capos de cárteles de drogas en Honduras, pero terminó en el mismo saco. El expresidente Juan Orlando Hernández será extraditado a Estados Unidos, para enfrentar cargos por narcotráfico.

Otrora aliado de Washington, que respaldó su reelección en 2017 pese a cuestionamientos de fraude por parte de sus competidores, una fiscalía de Nueva York lo considera parte de un clan que traficó unas 500 toneladas de cocaína desde 2004 a su territorio.

JOH, como se le conoce por las iniciales de su nombre, es un abogado derechista de 53 años que dejó el poder el 27 de enero a la izquierdista Xiomara Castro.

Fue presidente ocho años y antes lideró el Parlamento, en cargos donde mostró lealtad a Estados Unidos en la lucha contra el tráfico de drogas.

Su elección en 2017 para un segundo periodo se produjo en medio de reclamos de fraude y enfrentamientos ciudadanos con la policía, que dejaron una treintena de muertos.

“Juan Orlando no es y ni ha sido nunca narcotraficante. Por el contrario, su compromiso desde diferentes posiciones públicas (…) fue de combatir con todas sus fuerzas la delincuencia, el crimen organizado y el narcotráfico”, ha dicho su esposa, Ana García.

– Caída en desgracia –

El exgobernante entró en desgracia cuando su hermano, Juan Antonio “Tony” Hernández, fue sorpresivamente capturado en noviembre de 2018 en el aeropuerto de Miami y condenado en marzo del 2021 a cadena perpetua como narcotraficante a “gran escala”.

Hernández rechazó los cargos y dijo que se trataba de una “venganza” de los capos extraditados por su gobierno a Estados Unidos y basada en “reportes de medios de comunicación y de declaraciones de narcotraficantes y asesinos confesos” que buscan disminuir sus penas.

“Soy inocente, soy víctima de una venganza y una conspiración. Estoy seguro que Dios me hará justicia”, escribió desde una prisión de la Policía, donde ha estado desde mediados de febrero, esperando la decisión de los tribunales.

Reconoció que es “doloroso” lo que está viviendo y que es “duro estar separado” de los seres queridos. “Tres cadenas perpetuas podrían llegar a constituirme en un muerto en vida”, aseguró.

– “En sus propias narices” –

En el juicio de otro narco hondureño en Nueva York, Geovanny Fuentes, un testigo contó que escuchó a JOH jactarse de que iba a “meter la droga a los gringos en sus propias narices” y no se iban “a dar ni cuenta”.

Sus opositores tildaron al mandatario de “dictador” y lo acusaron de haberse enriquecido en el gobierno.

También lo acusan de haber eludido la prohibición constitucional de un segundo mandato, ampliando su control sobre los poderes del Estado, incluyendo la justicia, que avaló su candidatura, y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que proclamó su victoria.

“Hernández se ha valido de una extensa trayectoria política en donde, aprovechando los distintos cargos públicos que ha ostentado, formuló un sistema estructural de corrupción a gran escala”, aseguró el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), una instancia de la sociedad civil.

Creó “lazos con otros actores políticos y organizaciones criminales que dejarían como resultado la captura institucional del aparato gubernamental”, consideró el CNA.

El expresidente, quien en 2021 dijo a la AFP que al término de su mandato se retiraría para escribir sus memorias, ha mostrado una imagen de serenidad ante su proceso.

Un día antes de su detención, cuando todo indicaba que las autoridades venían por él, publicó una foto suya jugando con sus perros.

– Jueces y nuevo cuerpo policial –

Nacido el 28 de octubre de 1968 en el seno de una familia rural de clase media baja en el departamento occidental de Lempira, JOH ingresó a la política en 1990 como asistente de su hermano Marco Augusto en la secretaría del Congreso.

Desde 1998 se mantuvo como diputado y durante el gobierno de Porfirio Lobo (2010-2014) ocupó la presidencia del Congreso. Un hijo del expresidente Lobo, Fabio Lobo, también fue condenado en Estados Unidos por narcotráfico, y sentenciado en 2017 a 24 años de cárcel.

Como presidente del Congreso, JOH promovió la sustitución de cuatro de los cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional, los que posteriormente dieron luz verde a su reelección presidencial.

Como líder del Congreso creó la Policía Militar de Orden Público (PMOP) con 5.000 efectivos seleccionados de batallones militares, que la oposición consideró un ejército personal del mandatario.

En 2014, ya como presidente, Hernández impulsó programas de compensación social como la “bolsa solidaria” de alimentos y programas de vivienda para las familias más pobres, pero sus detractores lo consideraron un mecanismo para comprar conciencias y votos.

De baja estatura, complexión atlética y dado a la práctica diaria del ejercicio físico, JOH se define como un “indio pelo parado”, por su corte castrense de cabello. En la secundaria egresó como subteniente de infantería del Liceo Militar del Norte, en San Pedro Sula, y aún es reservista.

Luego se graduó de abogado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y más tarde cursó en Nueva York una maestría en Administración Pública, de 1994 a 1995.

Está casado con la abogada Ana García, con quien tiene cuatro hijos.

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