Infecciones respiratorias agudas y cómo prevenir un posible contagio, conozca las consecuencias

Infecciones respiratorias agudas y cómo prevenir un posible contagio, conozca las consecuencias
Por ejemplo, las infecciones por neumococo son más frecuentes entre los dos meses y tres años de edad, volviendo a incrementar el riesgo después de los 65 años. Foto, Jannelle Rodríguez Amador.

Las IRA se encuentran entre las causas más frecuentes de consulta médica o de ingreso a los hospitales. Especialmente, suelen afectar a niños y adultos mayores; sin embargo, personas de otras edades también las pueden padecer.

Las infecciones respiratorias agudas (IRA) constituyen un grupo de enfermedades que se produce en el aparato respiratorio, causadas por diversos microorganismos (virus y bacterias); suelen ser contagiosas y, por ende, se propagan rápidamente. Se consideran la principal causa de morbilidad y mortalidad por enfermedad infecciosa a nivel global; específicamente, cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que cerca de cuatro millones de personas mueren por estas infecciones anualmente.

Las IRA se encuentran entre las causas más frecuentes de consulta médica o de ingreso a los hospitales. Especialmente, suelen afectar a niños y adultos mayores; sin embargo, personas de otras edades también las pueden padecer.

Modo de transmisión: común denominador

La forma usual de transmisión de la mayoría de las infecciones respiratorias agudas son las gotitas provenientes de la tos y de los estornudos que emiten las personas; es decir, los microorganismos se transmiten cuando la persona que no está infectada tiene contacto cercano con alguien enfermo. También, un individuo puede infectarse al tocar una superficie contaminada y posteriormente, llevarse la mano a la nariz o boca.

La incidencia de las IRA y su diseminación entre las poblaciones varía de acuerdo con diferentes factores, tal es el caso de las condiciones del medio ambiente (estación climática, temperaturas, el hacinamiento de hogares e higiene en general), los aspectos propios de la persona (edad, estado inmunitario y nutricional, padecimiento de otras enfermedades o tabaquismo), las características del virus o bacteria (modo de transmisión y virulencia) y la eficacia de la atención médica en conjunto con medidas de prevención y de control de infecciones para contener su propagación (por ejemplo, la vacunación).

Tipos de infecciones respiratorias agudas y posibles complicaciones

1.Influenza

Es una enfermedad respiratoria provocada por el virus de la influenza, el cual infecta la nariz, garganta y en ciertas ocasiones, a los pulmones. Puede ser leve o grave y, en ciertos casos, llevar a la muerte.

Toda persona puede padecer de influenza y sus consecuencias graves en la salud pueden darse a cualquier edad; sin embargo, las poblaciones de mayor riesgo son quienes tienen 65 años o más, mujeres embarazadas, niños menores de cinco años e individuos con ciertos padecimientos crónicos (diabetes, enfermedades cardiacas o asma).

Entre las posibles complicaciones de la influenza destacan padecer de neumonía, infecciones del oído, sinusitis e inclusive, un agravamiento de las enfermedades crónicas que padezca el paciente.

  1. Virus sincitial o sincicial respiratorio (VSR)

Este virus respiratorio causa infecciones en los pulmones y el aparato respiratorio de la persona. Suele ser bastante frecuente entre los niños (la mayoría ya se han infectado al llegar a los dos años), pero también puede infectar a los adultos.

En personas sanas, sus síntomas son leves (nariz congestionada, tos seca, dolor de cabeza y garganta, así como fiebre baja) y pueden parecerse a un resfriado común, los cuales se pueden tratar con medidas de cuidado personal. Sin embargo, el VSR puede causar una infección grave en otras poblaciones como niños menores de 12 meses (incluyendo prematuros), individuos con enfermedades cardíacas, pulmonares o con un sistema inmune débil, y adultos mayores. En estos casos, los signos implican una tos más intensa, sibilancia, dificultad al respirar y hasta cianosis (color azul en la piel ante la falta de oxígeno).

El VSR puede causar neumonía o bronquiolitis; de hecho, es la causa más común de ambas. Además, infecciones del oído medio -más que todo en bebés o niños pequeños-, asma, la posibilidad de reinfectarse con el virus e inclusive, requerir hospitalización para vigilar y tratar cualquier problema respiratorio.

  1. Neumococo 

La enfermedad neumocócica se refiere a una infección causada por la bacteria denominada Streptococcus pneumoniae o neumococo. Incluye diferentes tipos de infección -algunas leves y otras con posibles consecuencias a largo plazo-, dentro de las que se destaca la neumonía neumocócica, la cual se estima puede causar la muerte en aproximadamente una de cada 20 personas que la padecen.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el neumococo es la segunda causa de neumonía adquirida en la comunidad, que puede requerir hospitalización, después del virus sincicial respiratorio. Las complicaciones de la neumonía neumocócica incluyen infección del espacio entre las membranas que rodean los pulmones y el tórax, del saco que rodea el corazón y obstrucción de vías respiratorias.

Asimismo, esta bacteria puede ocasionar otras infecciones como una meningitis neumocócica -infección del tejido que recubre el cerebro y la médula espinal-. Se estima que uno de cada 12 niños y uno de cada seis adultos mayores pueden morir a causa de la infección, mientras que otros pueden presentar problemas de largo plazo como la pérdida de audición y un retraso en el desarrollo.

El neumococo también puede causar una septicemia (respuesta extrema del cuerpo a una infección), cuyas complicaciones pueden incluir desde insuficiencia renal hasta daño en pulmones, corazón y cerebro.

Generalmente, las infecciones por neumococo son más frecuentes entre los dos meses y tres años de edad, volviendo a incrementar el riesgo después de los 65 años.

  1. COVID-19

La enfermedad por covid-19 es causada por el virus SARS-CoV-2 y quienes la adquieren pueden experimentar una enfermedad respiratoria de leve a moderada. Sin embargo, algunos otros pueden padecerla de forma grave e inclusive llegar a necesitar atención médica. Entre los síntomas post covid-19 destacan: fatiga, dificultad para respirar, falta de aliento y tos; dolor muscular o articular, coágulos y problemas de los vasos sanguíneos.

Además, los pacientes con enfermedad grave podrían llegar a tener inflamación, problemas en el sistema inmune, daño en los riñones, la piel y el corazón, así como desarrollar otras afecciones (diabetes).

Cualquier persona puede contraer covid-19, pero los adultos mayores y quienes padecen de otras enfermedades (cardiovasculares, cáncer o respiratorias) tienen más probabilidad de desarrollar un cuadro grave.

  1. Adenovirus

Los adenovirus son un grupo de virus que suele desencadenar enfermedades respiratorias como resfriados, bronquiolitis e inclusive, neumonía. A raíz de este último padecimiento, los niños con neumonía pueden desencadenar una enfermedad pulmonar crónica. Otra afección que pueden desarrollar son las infecciones del tracto intestinal (menores de cinco años), incluyendo el bloqueo de una porción del intestino.

¿Qué hacer para prevenir un posible contagio?

De acuerdo con Pfizer, el mejor momento para detener a un virus o una bacteria es antes de que pueda infectar a una persona. En esa línea, las vacunas constituyen uno de los mayores avances en salud pública para prevenir un posible contagio ante enfermedades como la influenza, enfermedad neumocócica y covid-19. Su uso generalizado ha permitido el control, la eliminación o casi eliminación de muchas enfermedades infecciosas.

Otras formas de prevenir la transmisión de estos microorganismos infecciosos son:

– Evitar la cercanía con personas con enfermedades respiratorias para minimizar el contacto con las gotas o secreciones de saliva.

– Lavarse las manos de forma regular, especialmente después de tocar superficies posiblemente contaminadas.

– Mantener un entorno limpio.

– Evitar compartir utensilios para comer o beber ni cepillos de dientes o toallas.

– Cubrirse la nariz y boca al estornudar.

– Tratar de no fumar cerca de bebés, ya que tienen mayor riesgo de infectarse con el VRS.

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